jueves, 22 de mayo de 2008

Conservación de alimentos ya congelados


Para conservar alimentos ya congelados se necesitan 18º bajo cero, es decir un congelador por lo menos de 3 estrellas, que es lo que se suele llamar “conservador” ya que no es un verdadero congelador, y no deben sufrir variaciones de temperatura para que la “cadena del frío” no se “rompa” en ningún momento. No conservad nunca vuestros alimentos congelados a una temperatura superior, aunque en algún momento os digan lo contrario.

Los arcones de los grandes supermercados, donde se encuentran estos productos, deben pues estar, por lo menos, a estos – 18º, y si la temperatura es superior, podéis denunciarlo ya que están incumpliendo la ley. Además, estos arcones no deben llenarse sobrepasando una línea que todos ellos llevan en su parte superior, porque también se estaría incumpliendo la normativa y el aparato estaría más lleno de lo debido.

Por ello muchos arcones destapados de estas grandes superficies están sustituyéndose actualmente por armarios congeladores que, al tener puerta, guardan mejor el frío y conservan temperaturas más bajas.

Si los alimentos congelados aparecen con escarcha, o con el contenido de sus paquetes hecho un bloque en lugar de estar suelto y separado, es que ha habido, en algún momento, variaciones de temperatura y descongelaciones, aunque hayan sido parciales. Observadlo sobre todo en algunas cadenas de supermercados baratos, y no los compréis si todos los paquetes están igual. Suele suceder demasiado a menudo, y los españoles, muy acostumbrados al “que más da”, debemos hacernos consumidores entendidos y exigentes. De hecho ya hay una gran cantidad de jóvenes preocupados por todos los temas de alimentación.

Los alimentos congelados, si son de buena calidad y no se ha roto en ningún momento la cadena del frío, pueden ser tan buenos o, incluso, mejores que esos mismos alimentos frescos: por ejemplo, unos guisantes, desde que se recolectan en el campo hasta que salen congelados, transcurren menos de tres horas, mientras que unos frescos pueden llevar varios días en las fruterías y puntos de venta, y eso redunda en su valor nutritivo.

A la hora de adquirir un congelador casero, si hay sitio, es preferible un arcón, ya que suelen alcanzar temperaturas más bajas, y en las aperturas se pierde menos frío. El único inconveniente que presentan es que ocupan más espacio, y que hay que ser bastante ordenado para tener todos los alimentos agrupados por clases, es decir todas las carnes juntas, los pescados, las verduras… y no volverse loco a la hora de buscarlos.

La opción más cómoda y práctica, tanto en arcón como en armario congelador, es la de no frost, que no necesitan descongelarse nunca ya que no forman hielo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el artículo Cristina. Estoy de acuerdo en todo excepto en lo de adquirir un congelador no-frost. Tanto mi madre como yo compramos sendos congeladores no-frost de buena marca y seguimos necesitando descongelarlo una vez al año porque se forma hielo y no funciona igual de bien.