lunes, 19 de mayo de 2008

Congelación casera de alimentos frescos y Anisakis

Para congelar alimentos frescos, según las Normas Internacionales de Congelación, hace falta un congelador de 4 estrellas.
Como a cada estrella le corresponden 6º bajo cero, se necesitan, por lo menos, 24º bajo cero.

Pero estos verdaderos congeladores tienen todos un “botón de congelación rápida” que permite bajar aun más la temperatura, a 28º o 30º bajo cero, y a esta temperatura es a la que hay que congelar, cuanto más baja mucho mejor, ya que el exceso de frío no perjudica en absoluto, al contrario nos ayuda.
De hecho la ultracongelación de pescados en alta mar se realiza a 40 o 50º bajo cero.

Congelar carne, aves o pescado a temperaturas superiores, como a veces se aconseja, nos hace perder valor nutritivo, ya que, al haber sido esta congelación lenta, se han roto las pareces internas de las células de estos alimentos, y en la descongelación posterior, por estas “roturas”, pierden muchos jugos en los cuales van disueltas sustancias nutritivas. El alimento puede aparecer reseco y fibroso. Por este motivo muchas personas huyen de la congelación casera y odian los productos congelados.

Para conseguir una correcta congelación no solo la temperatura es fundamental, también es importantísimo el tipo de envase, y, si se ha hecho bien, el alimento no debe soltar nada de líquido durante la descongelación posterior.

Aunque el Anisakis se muere con una estancia en el congelador de 72 horas y una temperatura de 20º bajo cero, para que la estructura del pescado, sea de la variedad que sea, no sufra, la congelación debe hacerse a una temperatura inferior, la indicada anteriormente.

Cuando el año pasado salió la normativa que obligaba a los restauradores a congelar el pescado, para evitar problemas con dicho parásito intestinal, todos los aludidos se pusieron en pie de guerra y, en parte, tenían razón, ya que congelar únicamente a la temperatura a la que matamos el Anisakis rebaja enormemente la calidad del pescado.

Yo escribí entonces sendas cartas al País y al ABC, explicando lo que os estoy contando aquí, y ambos periódicos las publicaron.

Otro día hablaremos de la conservación correcta de alimentos comprados ya congelados, que también tiene su “miga”.

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