jueves, 26 de junio de 2008

Pescados y mariscos congelados

Ya estoy de vuelta, dispuesta a contaros cosas interesantes sobre cocina y nutrición.
Hoy le toca el turno a los pescados y mariscos que adquirimos ya congelados.
Habréis comprobado que, en ocasiones, cuando descongeláis correctamente alguno de estos productos, suelta una gran cantidad de agua.

Es muy importante que esta descongelación haya sido la adecuada, y el mejor sitio para hacerla es la nevera, en el mismo envase en el que se ha comprado, encima de una bandeja por si suelta líquido, y calculando las horas que va a necesitar para que no permanezca demasiado tiempo una vez descongelado.

Meterlo en agua caliente, colocarlo encima de un radiador, enchufarle el secador de pelo… son opciones nefastas.

También puede utilizarse el microondas, si se sabe usar, evitando que los bordes del paquete, o de cada porción de alimento, se calienten en exceso y empiecen a cocerse. Esta descongelación debe hacerse a una potencia muy pequeña, de 300 vatios, dando la vuelta continuamente al alimento para evitar dichos calentamientos. Si se realiza correctamente, puede ser una buena opción, sobre todo si surge un imprevisto o se ha olvidado sacarlo con tiempo suficiente de la nevera.

Los envases de dichos alimentos congelados deben incluir el peso neto, es decir congelado, y el peso neto escurrido, es decir después de descongelado, y éste debe ser tan solo un 10% menor del neto. Esto quiere decir que solo debe soltar un 10% de su peso de agua. Cifras mayores indican que no se está cumpliendo la normativa y podría denunciarse. Lo malo es que, en este país, es tan engorroso, complicado y agotador quejarse por algo que al final el consumidor pasa…

A mí me pasó hace unos años. Compré un envase de un kilo de unas gambas peladas gordas, gordísimas, de allende los mares, o sea de un país lejano, y con una pinta estupenda, con la sana intención de hacerlas al ajillo y evitar el tener que pelarlas.
Por si acaso, la noche anterior coloqué dicha bolsa en la nevera pero dentro de una ensaladera grande. Al día siguiente el bol estaba lleno de agua y las gambas, todavía dentro de su envase original, estaban nadando ya que la bolsa debía tener algún pequeño agujero. Había agua por todas partes, en el envase original y en la ensaladera. Aunque no lo pesé, había más de un 40% de líquido. Ni que decir tiene que no las volví a comprar.

Pero, ¿de dónde provenía tanta agua? Muy sencillo: entre los múltiples métodos de congelación que existen está el del glaseado, es decir que el alimento se moja y se congela. Cuando esta primera capa está dura, y hasta aquí todo está correcto, para vendernos agua a precio de producto, se moja de nuevo y se vuelve a congelar… y así varias veces, hasta que el fabricante quiere. Todas estas capas de glaseado, es decir de agua congelada, son las que aparecen, ya descongeladas al final.

Por ello os recomiendo que siempre os fijéis en los pesos de los que os he hablado anteriormente, y que compréis marcas conocidas y solventes… para poderles tirar de las orejas en caso de que hiciera falta. Estas marcas buenas suelen hacer las cosas bien… o casi bien, y es más fácil meterse con ellas que con productos procedentes de China, Tanzania, Mozambique…

¡Y olvidaros de todos los congelados que os venden "sueltos", es decir muy bien envueltos en film transparente, pero sin nada más! Suelen ser de muy poca calidad... y una verdadera estafa.

Ya sabéis que la “gramática parda” ¡está… a la vuelta de la esquina!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Qué razón tienes, sobretodo cuando dices:
"Lo malo es que, en este país, es tan engorroso, complicado y agotador quejarse por algo que al final el consumidor pasa…"
Buen artículo y buen sitio para denunciarlo.
Gracias Cristina me ha gustado mucho. ;)

Kaken dijo...

Me adhiero a lo expuesto por Oscar¡
Y con fundamento,conste.
Gracias por todo, Cristina.

Cristina Galiano dijo...

Gracias Kaken por tu comentario.
Si supiéramos, en profundidad, toda la "tomadura de pelo" que sufrimos en muchísimos ámbitos de la alimentación, nos asustaríamos.

productos congelados dijo...

Buenísimos consejos! Tienes toda la razón respecto a cómo debemos descongelar y cómo debe ser el producto congelado. Yo no me fío rápidamente de los congelados que encuentro en todos los supermercados, suelo escoger sólo aquellos que son realmente fiables para mí. La empresa Eismann es la que me gusta más por el tema de la cadena del frío, que no la rompen nunca.
Martina